A última hora del jueves 6 de marzo se empezó a extender el rumor de que alguna profesora, monitora o cuidadora había dado positivo por «coronavirus». Al día siguiente, cuando ya era noticia, el equipo directivo compareció con el director general de Educación en rueda de prensa.
En todo momento se reaccionó enfrentando la situación -recordemos que en ese momento ninguna autoridad había tomado ninguna decisión todavía-, dando toda la información y transmitiendo tranquilidad. Siguiendo el protocolo del centro se convocó a las familias de Infantil y Primaria a las que se transmitió la información de primera mano y se respondieron a todas las preguntas. Ante la inquietud de algunos padres y madres se optó por dejar libertad de asistencia.
Todos los días se transmitió y actualizó la información a través de correo electrónico a todas las familias del centro, llegándose incluso al detalle de tranquilizar ante la entrada de una ambulancia al centro para trasladar a un alumno que se había dislocado la rodilla.
Por último, el jueves día 13 el gobierno de Navarra decidió el cierre de todos los centros educativos de la Comunidad Foral en todos los niveles, desde 0-3 años hasta la universidad.
En definitiva, y como dice la publicación de Escuelas Católicas: «Sólo hay dos tipos de centros, los que han tenido una crisis y los que van a tenerla». Este caso nos demuestra la importancia de tener un protocolo de gestión y comunicación de crisis, y de actuar con rapidez, transparencia, humildad y elegancia. Para ello nos pueden ayudar las publicaciones elaboradas por nuestra organización y los casos habidos.
Fuente. Diario de Navarra.